lunes, 11 de enero de 2010

SEÑORIO DE LARRÁNGOZ, en el valle de Lónguida

Acercarnos a este lugar ha sido un hallazgo formidable. El valle de Lónguida, ofrece una visión de sus tierras que por sus tonalidades, atraen la atención. Ocres, amarillos, verdes, rojizos, dibujan las parcelas con precisión, y realzan los pueblos ubicados en la zona.
El río Irati contempla estas tierras y las riega. El trigo, la cebada, las huertas, robles, nogales y viñas, reciben sus aguas.

Introducción

LARRÁNGOZ. Los primeros datos que recogemos son del Diccionario Geográfico-histórico de España, de Abadiano-Llodio. Madrid, MDCCCII. Dice:
..."3º part. de la merindad de Sangüesa, arcip. de Ibargoiti, ob. de Pamplona, r. de Navarra. Dista por el n. legua y media de la Villa de Aoiz. En las 7 casas de que se compone el pueblo habitan 45 personas gobernadas por un diputado nombrado por el valle y el regidor del pueblo elegido entre sus vecinos. La Iglesia Parroquial es de la advocación de San Bartolomé".
En el año 1986, contaba con una población de derecho de 5 habitantes (Wikipedia).
Y en el año 2005, la población se había reducido a 3. (Instituto Estadística Navarra 2006).



Situación geográfica de Larrángoz



PUENTE COLGANTE
Iniciamos el camino hacia Larrángoz  dejando atrás  Murillo de Lónguida, hasta encontrar el puente colgante que nos permita acceder al lugar.
Se encuentra un tanto escondido el acceso.
 A su paso sientes que cimbrea bastante, por lo que, para evitar tensiones, es recomendable sujetarse al cable que a modo de pasamanos, cubre todo el recorrido. El suelo, como se aprecia en la foto, es de madera

EL IRATI
El río Irati, va con poco caudal, por lo que la maquinaria agrícola, una vez trabajados los campos de cereal, puede cruzar de una a otra orilla sin problemas.

Una vez cruzado el río y tomado la derecha, nos dirigimos hacia el lugar.
El camino cubierto de maleza, impide fijar la vista en la panorámica que a la izquierda ofrece el valle.
En el alto se dibuja la silueta de la Iglesia, cubierta de hiedra. Pero el tramo que da acceso a la misma nos recibe con los brazos abiertos, es decir, la maleza, ramas, espinos, nos dan la bienvenida. Y como educados que somos, accedemos a pasar, dejándonos la ropa bastante deshilachada por los enganchones continuos. Pero merece la pena.

IGLESIA ROMÁNICA DE SAN BARTOLOMÉ

Portada. Románica de transición siglo XIII, con arco ligeramente apuntado, compuesta de tres arquivoltas enmarcadas por un extradós que descansan sobre capiteles con los símbolos del Señorío. A la derecha el águila, que pertenece a las Armas de Larrángoz, y caballero medieval con traje de malla y escudo cruciforme, a la izquierda. Ambas figuras decapitadas.











Armas de Larrángoz." De oro, con águila de sable,
 con un conejo en las garras".
(Se encuentra iniciando el relato).





Interior de la Iglesia de San Bartolomé. La bóveda de la nave es de cañón ligeramente apuntada con arcos fajones. El ábside, con bóveda de horno, cuenta con dos ventanas abocinadas. En el mismo se encuentra el altar y sobre él, una cruz de madera apoyada en la pared. Así como dos fuesas o portavelas. En el lateral izquierdo de la nave, en su banda longitudinal, se conservan dibujos geométricos.

El coro se sustenta por un arco escarzano, apoyado en muros. En su clave aparece una inscripción. Igualmente que en la parte inferior del arco. Al fondo, bajo el coro, se encuentra el confesionario y la pila bautismal.
En el momento de la visita observamos dos sepulturas abiertas, bajo la tarima de la nave.
La Iglesia se conserva bastante bien, a excepción de la sacristía cuyo techo se ha hundido, y del coro, las partes del antepecho, escaleras y suelo de madera, están muy deterioradas y otras desaparecidas.

CASERÓN

Salimos de la Iglesia y tomamos el camino que nos lleva a la parte más alta del lugar, donde se levanta un esbelto caserón con puerta de medio punto dovelada. Consta de tres plantas. El suelo del zaguán es empedrado con canto rodado, y su uso es de cuadra.
La casona descansa en los muros de carga perimetrales y en cuatro grandes pilares centrales, que, además, sirven de apoyo a la escalera de acceso a las plantas superiores.



PALACIO CABO DE ARMERÍA

Bajamos nuevamente hasta la Iglesia y frente a ella, se halla el Palacio Cabo de Armería, de regia estampa, que se mantiene en pie a pesar de los siglos transcurridos.
Según podemos leer en el texto de D. Juan José Martiarena Ruiz, que se halla en el Archivo General de Navarra, sobre Los Palacios Cabo de Armería, los describe:
..."como palacios las casas de los caballeros, de las que hay noticia ya en los siglos XIII y XIV. Y dentro de ellos, ya en el siglo XVI se distinguían, aunque sin base jurídica, los llamados de cabo de armería, considerados cabeza de linaje y solares de la nobleza más antigua. Casi todos eran de origen medieval, a excepción de algunos que alcanzaron la calidad mediante donativos hechos a la Corona en momento de penuria de la Real Hacienda.
... el más sencillo sería el de una sola torre, del que luego surgiría el mixto de palacio torre; es el caso de
LARRÁNGOZ.



CASA-CUADRAS

Y por último, visitamos la casa que se halla frente al camino. Tenemos gran dificultad ya que es la zona más sombría, y también la que mantiene  la humedad,  por lo cual la vegetación ha crecido abudantemente y sin orden alguno. Se conserva bien el frente cuyo acceso es de arco de medio punto dovelado, y sobre el, en la primera planta, una ventana germinada a la que le falta el parteluz. En la planta baja se mantienen las cuadras con los comederos de paja, como si el tiempo se hubiera detenido.


Llaman la atención las dos cruces blancas que aparecen pintadas con cal en la facha de esta casa y que tienen, según cuenta la tradición, una función protectora contra las influencias negativas.
Otras dos cruces, en este caso de pequeñas dimensiones, se encuentran en la fachada de la Casona, ubicada en la parte alta del pueblo.

DESPEDIDA
Con gran pena nos despedimos de este lugar tomando el camino de regreso, pensando, que tal vez, la maleza nos impida entrar de nuevo. Pero la historia que aquí permanece seguirá viva mientras alguien la recuerde permanentemente, y nosotros, la tendremos siempre en la memoria.
Y mientras bajamos, volvemos a contemplar la belleza del lugar, su río, el puente colgante, los campos "peinados" y Murillo de Lónguida, del que otro día nos ocuparemos.