Dejamos atrás el Señorío de Larrángoz y nos acercamos hasta Murillo. Nos sorprende el estilo arquitectónico de Villa Lónguida o Casa del Americano. Su construccción hacia 1888 está vinculada a la figura de Esteban Ancil, quien tras hacer fortuna en Cuba regresa a su tierra natal donde fallece en 1893 a los 48 años de edad.
Villa Lónguida
Casa-Villa cuya fachada de ladrillo caravista con canecillos y metopas de azulejo decorado, nos retiene durante largo rato. De estilo clásico y mudéjar, se configura como un bloque cuadrado en forma de U. La fachada enmarcada por dos cuerpos laterales; la apertura de grandes ventanas bíforas de medio punto sobre ornamentadas columnas, dan a la misma un movimiento equilibrado y estético; aunque la abundante vegetación que la rodea no permite ver en toda su amplitud esta construcción de finales del siglo XIX.
Cuando iniciamos el recorrido por el Valle de Lónguida no podíamos imaginar, que tras lo fotografiado, hubiera una historia tan amplia y de gran calado humano, por lo que decidimos hurgar en la misma. Y a decir verdad nos ha sorprendido la calidad y cantidad de textos que hablan sobre El Irati.
HISTORIA.
Comienza cuando, en el último tercio del siglo XIX un grupo de aezkoanos que tras haberse enriquecido en Argentina, a base de esfuerzo y constancia permanecieron unidos en distintos negocios. Domingo Elizondo y Cajén, puntal de esta historia, nacido en Arive (Navarra) en 1848, partió a los 18 años desde el puerto de Bayona con destino a Argentina, donde tras trabajar como obrero portuario, pastor de ovejas y en el comercio del hierro logró un buen capital con el que creó la ferretería "El Ciervo" que al cabo de treinta años pasó a manos de otros coterráneos suyos, Ciriaco Morera y Antonio Aróstegui; y es que la continua rotación de socios y el componente endogámico o de paisanaje de quienes en ellas participan, constituyen dos constantes en las sociedades mercantiles creadas por americanos.
A causa de su mala salud en 1888 regresa a España donde da forma a su gran proyecto, el complejo industrial "El Irati,S.A." creado en 1907.
Empresa que dispondrá por una parte, de la materia prima que se encontraba cerca, la madera en los bosques de Irati; por otra, ofreciendo el medio de transporte a través del río, que fue limpiado para facilitar el descenso de las almadías y en el que se construyó la presa de Irabia, que aportaba un caudal regular al cauce, y por último un aserradero en la zona de Ecay, donde se transformaba la madera y se aprovechaban todos los subproductos de ésta, produciendo: alcoholes, serrines, ácidos, etc. así hasta quince productos diferentes
Secaderos de madera
Domingo Elizondo, puso gran empeño en impulsar la explotación de recursos forestales de Aezkoa. Fue elegido Diputado Foral entre los años 1915 y 1917. Rechazó el título nobiliario Marqués de Irati y fue nombrado Hijo Predilecto de Navarra e Hijo Adoptivo de Pamplona. Falleció en 1919.
De lo que fue inicialmente "El Irati,S.A.", hasta quedar convertida en lo que es hoy, han pasado cien años. A pesar del tiempo transcurrido desde su construcción, la chimenea aún permanece erguida como símbolo industrial, rodeada de pabellones y edificios que mantienen aún la estructura. Se pueden contemplar los secaderos de madera, el edificio de la Escuela; los pabellones que conservan parte de la vía que recorrían las vagonetas; las cubas, y algunas paredes en las cuales los grafiteros han dejado su impronta.
Pintura
en pared
EL TREN DEL IRATI
Construído en 1911, con un recorrido total de 58 km., uniendo Pamplona con Sagüesa, convirtiéndose en el primer electrotrén de la Península.
Es en 1986 cuando comienza a verse la necesidad de realizar un proyecto para crear una red ferroviaria desde Pamplona a Sangüesa. Así la Diputación de Navarra especificó en un informe el coste económico que supondría a cada localidad beneficiaria del futuro tren, la construcción de la vía.
Pero como siempre, es el dinero el que frena momentáneamente este proyecto. No obstante en 1903, se firma en el Hotel La Perla de Pamplona la escritura de un contrato entre varios capitalistas navarros y la Junta del Valle de Salazar, para la explotación durante 45 años de la madera del monte Irati. Entre otras medidas se adoptó la de crear una sociedad anónima para poner en marcha un ferrocarril, con el objeto de hacer más fácil el transporte de la madera.
Dos años más tarde, la sociedad "Electra-Aoiz" con su presidente Domingo Elizondo a la cabeza, negocia también con el Valle de Salazar la forma de explotación del monte. Para ello mantuvo relaciones con las localidades afectadas, obteniendo el apoyo total de Ayuntamientos y vecinos.
Se encargaron informes técnicos, y se adjudicaron las obras. Y en 1907 comienzan los trabajos del diseño a cargo del ingeniero Cornelio Arellano, nacido en Caparroso (Navarrra), en 1867.
En la Revista de Obras Públicas de 1935, aparece publicado que Arellano, estudió y construyó el ferrocarril del Irati, y en colaboración con Daniel Múgica, construye varios saltos en Navarra y forma la Sociedad "Múgica, Arellano y Compañía" de maquinaria para la agricultura.
La realización de la obra se encargó a los contratistas Uriarte, Berriochoa y San Martín, que se encargaron de hacer la primera sección; el segundo tramo corrió a cargo de Juan Bautista Mina y las del tercero, a Beascoechea, Patarrieta, Doñabeitia y Larrucea. Estos mismos contratistas se hicieron cargo del suministro y tendido de balastro y asiento de vía desde el empalme de Aoiz hasta Sangüesa.
En la construción de los túneles de la foz de Lumbier, participaron mineros bilbaínos contratados por Altos Hornos, para evitar accidentes laborales.
Después de casi tres años de obras, el tren echa a andar a las 7 de la mañana del 23 de abril de 1911, con su primer viaje. El tren partió de la estación situada en el rincón de la Aduana de Pamplona, (un barracón que había sido anteriormente laboratorio municipal). El Paseo Sarasate estaba atestado de curiosos que anhelaban presenciar la salida del tren, lleno de viajeros y excursionistas, y que llegó a Sangüesa (su destino), a las 9,52 horas. Hubo inauguración oficial ante las oficinas de la Sociedad "El Irati", en el Paseo de Sarasate, con numerosos invitados y con bendición de la estación y del material móvil. Dos días más tarde, se implantó un servicio de cercanías que partía desde la estación del Norte de Pamplona y unía la capital Navarra con Burlada, Villava y Huarte.
Aunque "El Irati"no realiza su último trayecto hasta el 31 de diciembre de 1955, lo cierto es que su declive progresivo, comienza tras la guerra civil, en 1939. Los autobuses comienzan a coger fuerza como medio de transporte público y eso afectó sin duda a los beneficios del ferrocarril. A esto hay que unir los diferentes accidentes, muchos de ellos graves que ocurrrieron en el trazado y sobre todo, el desfase entre ingresos y gastos.
Pocos resquicios quedan del tren del "Irati" en Aoiz. La vieja estación y la no menos vieja cochera, desaparecieron donde hoy se levanta el centro de salud. Después de su demolición, nos nos queda como vestigio físico más que la antigua vía que baja a la fábrica del Irati, y continua en el antiguo "empalme".
Luís Madurga, hijo del entonces jefe de la estación de Aoiz ,recuerda el tren que salia de madrugada "el tren obrero". Al mediodía había otro hasta Villaveta, y cargaba sacos de serrín, que se utilizaba para las estufas y quitó el frío a tantos agoizkos en la postguerra. A la mañana, bajaba otro que enlazaba con el de Pamplona a Sangüesa, este mismo tren repetía a las cinco de la tarde"
Estos son algunos recuerdos de quienes utilizaron el tren del Irati. La nostalgia les acompaña.
EL RIO IRATI ha sido testigo de la gran trayectoria industrial y de los puestos de trabajo que generó esta iniciativa, y del tesón de unos hombres que creyeron en sí mismos y en los demás aportando no solo la parte económica, sino también la intelectual, la física, y sobre todo, la tenacidad.
Vaya hacia ellos, nuestro reconocimiento y admiración.
Datos extraídos de:
"El Irati, S.A.".Una empresa diversificada: electricidad, montes, destilería y ferrocarril. María Castiella Rodríguez. Universidad de Navarra.
"Aproximación a la arquitectura de los americanos en Navarra" José Javier Azanza López.
Carlos Arellano. Revista de Obras Públicas. Tomo II. Año 1935, pág. 41.
El tren Irati. Textos sacados en su mayor parte del trabajo realizado por el historiador Fernando Hualde. Revista "ELTUTO" de información y Cultura. nº 54. Aoiz, Mayo 2008.
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