Primera parte
De las voces que sonaron en su día, hoy solo queda el silencio, roto por caminantes que, como nosotros, los visitamos.
Vista de Encío desde el monumento al pastor en Ameyugo.
El recorrido transcurre en su mayor parte por antiguas carrreteras de macadam, sin márgenes definidos, y que son la antítesis de las autovías, carreteras en las que aún se puede parar al margen para comtemplar el paisaje o sacar alguna foto.
Nuestra primera parada la realizamos en el pueblo de Encío, situado en una loma de los montes Obarenes, justo antes de atravesar esa barrera natural que es el desfiladero de Pancorbo.El actual pueblo de Encío se encuentra en los márgenes de la carretera que lleva hasta Santa Gadea del Cid. A la izquierda en un pequeño altozano se aprecian las ruinas del antiguo caserío, compuesta por media docena de casas y la iglesia románica de los santos Cosme y Damián.
Vista del ábside, la nave y la espadaña.
Recientemente se han realizado excavaciones en el contorno de la iglesia, gracias a las cuales se aprecia cómo apoyan los muros sobre la roca; así mismo se han realizado algunos trabajos de consolidación de la cubierta en la zona de la nave, no así en la fachada del ábside, que presenta una enorme grieta que de no repararse puede provocar un derrumbe parcial.
Primer plano del ábside y excavaciones relizadas en su base.
Volviendo nuestros pasos hacia la N-I bajamos hasta Briviesca, donde tomamos una carretera secundaria para adentrarnos en la Bureba. Llegamos a Revillalcón y aunque la parada en este municipio no estaba prevista, el paso de un rebaño de ovejas que tansitaba por la carretera ocupando toda el extensión, permitió que nos fijáramos en la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, pequeño tesoro románico.
Paso del rebaño por la carretera y al fondo Revillalcón.
Es un edificio de planta basilical con una nave rectangular a cuyos pies se alza una espadaña y una cabecera compuesta de ábside semicircular precedido de presbiterio recto. Completa la estructura una sacristía. De la segunda mital del siglo XII conserva una reformada cabecera y la nave. La portada abierta en el costado sur, consta de una arco de medio punto, al que rodean un guardapolvo decorado con puntas de diamante y cuatro arquivoltas aboceladas.
Vista del alzado sur.
Detalle de canecillos en el alero del muro norte.
Salimos de Revillalcón, y pasando por Salinillas de Bureba, nos encontramos con otro lugar que tampoco estaba en nuestro itinerario, pero del que es dificil pasar sin visitarlo por la magnífica estampa que ofrece el Santuario de Santa Casilda, colgado en los riscos.
Santuario de Santa Casilda.
Vista de la nave.
Santa Casilda
"Casilda era una hermosa princesa Toledana, hija del rey Almamún, que aliviaba la desventura de los cautivos cristianos llevándoles alimento en secreto. Un día la princesa se vio descubierta por uno de los guardianes. En ese momento sucedió el milagro y la comida que llevaba oculta en sus faldas se convirtió en flores.
Poco después cayó enferma, pero avisada por uno de los cautivos cristianos, de que en su tierra había unos lagos de aguas milagrosas, acudió a estos riscos de La Bureba, donde una vez curada y bautizada se dedicó a la vida eremítica."
Dichos lagos son el pozo blanco y el pozo negro de San Vicente, que aún brotan al pie del risco sobre el que se sitúa el monasterio. Al parecer la legendaria belleza de rubia princesa, hizo que sus restos se enterrasen en el monasterio, en el sepulcro que realizó Diego de Siloé y que se puede contemplar justo detrás del altar. Sus devotos se encomiendan a la Santa para resolver problemas de esterilidad, enfermedades femeninas, etc...
Se la conoce también por la Santa de las Rosas y es la patrona de La Bureba. Su festividad se celebra en mayo, el martes anterior a la Ascensión, congrega a mucha gente de la comarca entorno al monasterio, en la que se conoce popularmente como romería de La Tabera, ya que este día se realizan muchas apuestas jugando a las tabas.
Volvemos a la carretera comarcal después de bajar del santuario. Tras pasar por Buezo, y San Pedro de La Hoz, llegamos a Galbarros. A su entrada, en una pista, dejamos el coche y tomamos camino a pie entre campos de cereal hasta el cercano Ahedo de Bureba, tras dos kilómetros de marcha. Desde lo alto del promontorio vemos que el pueblo se asienta resguardado en un vallecillo. De él solo restan dos edificaciones que parecen estar dedicadas a la agricultura, y un poco más alejada entre vegetación vemos las ruinas de la iglesia de San Martín.
Edificio que data de la segunda mitad del siglo XII, de la que se conserva la portada.
El resto del edificio ha sufrido importantes reformas en el periodo posmedieval como en la cabecera, y la nave modificada en el barroco.
Personaje tallando un sepulcro.
Personaje barbado dentro del sepulcro.
Vista del interior.
El tímpano se labró en un bloque monolítico. En el centro dividiéndolo en dos, hay una serpiente con cuerpo dentado que simula estar enroscada en lo que puede ser el árbol de la vida, ya que en la parte superior muestra sus frutos, que son mirados por la serpiente mostrándonos su lengua bífida. A cada lado de la misma hay sendos florones con botón central. El estilo de los relieves es muy rudo y popular, sobre todo en las formas humanas y animales.
Detalle de la serpiente intentando alcanzar los frutos.
Fuentes consultadas:
Románico Guías: Todo el románico de Burgos, Autor: César del Valle Barreda. Edita: Fundación Santa María La Real.
Pueblos abondonados. Editorial: Susaeta.
http://www.laposadanet.com/ Información sobre el Santuario de Santa Casilda.
www.tierrasdeburgos.blogspot.com. Información en general de Burgos.
www.memoriasdeburgos.blogspot.com. Información en general de Burgos.
www.abajasbureba.galeon.com. Información de la Comarca de Abajas.
www.antiguabajas.galeon.com. Información y fotografía antigua de la Comarca de Abajas.
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