lunes, 23 de agosto de 2010

Páramo de Masa, La Bureba y Montes Obarenes. BURGOS


Primera parte

Nos encontramos al norte de Burgos y nos disponemos a recorrer algunos pueblos abandonados en el último cuarto del siglo XX.  Bien es sabido que estos pueblos, estos bellos lugares, no se abandonan- en la mayoría de los casos- voluntariamente. Generalmente existen razones de peso (trabajo, familia, aislamiento, falta de medios de transporte, climatología adversa, etc.). 
De las voces que sonaron en su día,  hoy solo queda el silencio, roto por caminantes que, como nosotros, los visitamos.


Vista de Encío desde el monumento al pastor en Ameyugo.


El recorrido transcurre en su mayor parte por antiguas carrreteras de macadam, sin márgenes definidos, y que son la antítesis de las autovías, carreteras en las que aún se puede parar al margen para comtemplar el paisaje o sacar alguna foto.
Nuestra primera parada la realizamos en el pueblo de Encío, situado en una loma de los montes Obarenes, justo antes de atravesar esa barrera natural que es el desfiladero de Pancorbo.
El actual pueblo de Encío se encuentra en los márgenes de la carretera que lleva hasta Santa Gadea del Cid. A la izquierda en un pequeño altozano se aprecian las ruinas del antiguo caserío, compuesta por media docena de casas y  la iglesia románica de los santos Cosme y Damián.






La iglesia consta de una nave rectangular, con la espadaña en el muro oeste y un ábside semicircular en su orientación éste, de fecha románica. El ábside se encuentra decorado en su exterior por dos semicolumnas adosadas al muro, que nacen de dos podios a una altura algo superior que el zócalo del basamento. Las columnas sostienen capiteles decorados con motivos vegetales que sirven de apoyo, junto al resto de canecillos para la cornisa del alero. En el centro del ábside se abre una ventana de aspillera que da luz a la nave, y que está flanqueada por dos columnas rematadas con capiteles que muestran motivos animales y vegetales. A la altura de la base, el ábside es recorrido en toda su longitud por una cornisa, acortando visualmente la altura de éste.



Vista del ábside, la nave y la espadaña.


Recientemente se han realizado excavaciones en el contorno de la iglesia,  gracias a las cuales  se aprecia cómo apoyan los muros sobre la roca; así mismo se han realizado algunos trabajos de consolidación de la cubierta en la zona de la nave, no así en la fachada del ábside, que presenta una enorme grieta que de no repararse  puede provocar un derrumbe parcial.



Primer plano del ábside y excavaciones relizadas en su base.


Volviendo nuestros pasos hacia la N-I bajamos hasta Briviesca, donde tomamos una carretera secundaria para adentrarnos en la Bureba. Llegamos a Revillalcón y aunque la parada en este municipio no estaba prevista, el paso de un rebaño de ovejas que tansitaba por la carretera ocupando toda el extensión, permitió que nos fijáramos en la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, pequeño tesoro románico.



Paso del rebaño por la carretera y al fondo Revillalcón.


Es un edificio de planta basilical con una nave rectangular a cuyos pies se alza una espadaña y una cabecera compuesta de ábside semicircular precedido de presbiterio recto. Completa la estructura una sacristía. De la segunda mital del siglo XII conserva una reformada cabecera y la nave. La portada abierta en el costado sur, consta de una arco de medio punto, al que rodean un guardapolvo decorado con puntas de diamante y cuatro arquivoltas aboceladas.


Vista del alzado sur.


La estructura descansa en jambas y tres pares de columnas coronadas en unos capiteles que muestran de izquierda a derecha dragones afrontados, hojas estilizadas, un rostro masculino, al que atacan dos entrelazadas serpientes, otro busto masculino, un personaje que abre su boca con las manos y, finalmente, dos dragones afrontados a los que acompaña un animal que abre sus fauces.



Detalle de canecillos en el alero del muro norte.


Salimos de Revillalcón, y pasando por Salinillas de Bureba, nos encontramos con otro lugar que tampoco estaba en nuestro itinerario, pero del que es dificil pasar sin visitarlo por la magnífica estampa que ofrece el Santuario de Santa Casilda, colgado en los riscos.



Santuario de Santa Casilda.


El entorno natural y el monasterio forman un binomio impresionante, más espectacular si cabe a medida que nos vamos acercando. El santuario construido a finales del siglo XV y principio del XVI se asienta en el extremo del promontorio, en una situación de vértigo. El conjunto está formado por una plaza, hospedería y el Santuario. La portada está realizada por Nicolás Vergara.



Vista de la nave.


En él, llama la atención la decorada nave, con escenas rodeadas de ángeles. Al fondo tras el altar se encuentra el sepulcro de Santa Casilda, vestida con un manto de flores, realizado por Diego de Siloé.



Santa Casilda


Según datos recogidos sobre la vida de la Santa dice :
"Casilda era una hermosa princesa Toledana, hija del rey Almamún, que aliviaba la desventura de los cautivos cristianos llevándoles alimento en secreto. Un día la princesa se vio descubierta por uno de los guardianes. En ese momento sucedió el milagro y la comida que llevaba oculta en sus faldas se convirtió en flores.
Poco después cayó enferma, pero avisada por uno de los cautivos cristianos, de que en su tierra había unos lagos de aguas milagrosas, acudió a estos riscos de La Bureba, donde una vez curada y bautizada se dedicó a la vida eremítica."
Dichos lagos son el pozo blanco y el pozo negro de San Vicente, que aún brotan al pie del risco sobre el que se sitúa el monasterio. Al parecer la legendaria belleza de rubia princesa, hizo que sus restos se enterrasen en el monasterio, en el sepulcro que realizó Diego de Siloé y que se puede contemplar justo detrás del altar. Sus devotos se encomiendan a la Santa para resolver problemas de esterilidad, enfermedades femeninas,  etc...
Se la conoce también por la Santa de las Rosas y es la patrona de La Bureba. Su festividad se celebra en mayo, el martes anterior a la Ascensión, congrega a mucha gente de la comarca entorno al monasterio, en la que se conoce popularmente como romería de La Tabera, ya que este día se realizan muchas apuestas jugando a las tabas.

Volvemos a la carretera comarcal después de bajar del santuario. Tras pasar por Buezo, y San Pedro de La Hoz, llegamos a Galbarros. A su entrada, en una pista, dejamos el coche y tomamos camino a pie entre campos de cereal hasta el cercano Ahedo de Bureba, tras dos kilómetros de marcha. Desde lo alto del promontorio vemos que el pueblo se asienta resguardado en un vallecillo. De él solo restan dos edificaciones que parecen estar dedicadas a la agricultura, y un poco más alejada entre vegetación vemos las ruinas de la iglesia de San Martín.


Edificio que data de la segunda mitad del siglo XII, de la que se conserva la portada.
El resto del edificio ha sufrido importantes reformas en el periodo posmedieval como en la cabecera, y la nave modificada en el barroco.






La portada consta de dos arquivoltas, una con bocel y otra lisa. Ambas resguardan un tímpano, que tiene algunas serigrafías. Todo ello se encuentra apoyado en sendos capiteles. En los del lado izquierdo observamos una escena en la que aparece un personaje con una bestia tras él, a continuación un cantero tallando un sepulcro, y en la última escena descansa en el sepulcro otro personaje barbado.



Personaje tallando un sepulcro.



Personaje barbado dentro del sepulcro.


En el lado derecho se exhibe un grifo y un león enfrentado, al que le sigue un jinete que cae de su montura, al que se ha identificado como la representación del pecado del orgullo. Por último aparecen círculos entrelazados y hojas.


Vista del interior.


El tímpano se labró en un bloque monolítico. En el centro dividiéndolo en dos, hay una serpiente con cuerpo dentado que simula estar enroscada en lo que puede ser el árbol de la vida, ya que en la parte superior muestra sus frutos, que son mirados por la serpiente mostrándonos su lengua bífida. A cada lado de la misma hay sendos florones con botón central. El estilo de los relieves es muy rudo y popular, sobre todo en las formas humanas y animales.



Detalle de la serpiente intentando alcanzar los frutos.




Fuentes consultadas:

Románico Guías: Todo el románico de Burgos, Autor: César del Valle Barreda. Edita: Fundación Santa María La Real.
Pueblos abondonados. Editorial: Susaeta.
http://www.laposadanet.com/ Información sobre el Santuario de Santa Casilda.
www.tierrasdeburgos.blogspot.com. Información en general de Burgos.
www.memoriasdeburgos.blogspot.com. Información en general de Burgos.
www.abajasbureba.galeon.com. Información de la Comarca de Abajas.
www.antiguabajas.galeon.com. Información y fotografía antigua de la Comarca de Abajas.



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